Arte de choque: ¿tautología?
Ahora que se ha montado la de dios en la Bienal de Sevilla por el simpático e hiperrealista muñeco de niño ahorcado presentado por Maurizio Cattelan, me permito recordar al respetable que dicho artista ya presentó en el 2001, durante la Bienal de Venecia, una obra todavía más divertida: la del Papa Juan Pablo II abatido por un meteorito (véase). Una cima del humor.
Aquí os dejo una de las breves entrevistas a Cattelan que he encontrado por ahí:
Pregunta: Durante años, en las presentaciones públicas, usted enviaba a Massimiliano Gioni para que interpretara su papel. ¿Qué sentido tiene para usted ese juego de personalidad dividida?
Respuesta: No es división sino multiplicación. Y tampoco hay en ese gesto sentido secreto alguno; es sólo una manera de resolver un problema. No sé hablar en público, de modo que cualquiera puede ir y hacerlo mejor. Cuando Massimiliano contesta por mí, también copia, recicla, inventa. Me aterra el aburrimiento y escuchar a otro describir tu trabajo siempre es una sorpresa. Creo que la gente hoy necesita más dudas y menos certezas.
Pregunta: ¿Cuál es para usted el objetivo del arte?
Respuesta: La palabra objetivo me hace pensar en disparar. Los blancos no me interesan. Prefiero los errores.
Pregunta: ¿En qué pensaba cuando clavó las manos de aquel chico (otra escandalosa obra suya, "Charlie no surfea", de 1997) a su pupitre escolar?
Respuesta: Me preguntaba qué dolería más: un lápiz ensartado en una mano o repetir primer grado.
Aquí os dejo una de las breves entrevistas a Cattelan que he encontrado por ahí:
Pregunta: Durante años, en las presentaciones públicas, usted enviaba a Massimiliano Gioni para que interpretara su papel. ¿Qué sentido tiene para usted ese juego de personalidad dividida?
Respuesta: No es división sino multiplicación. Y tampoco hay en ese gesto sentido secreto alguno; es sólo una manera de resolver un problema. No sé hablar en público, de modo que cualquiera puede ir y hacerlo mejor. Cuando Massimiliano contesta por mí, también copia, recicla, inventa. Me aterra el aburrimiento y escuchar a otro describir tu trabajo siempre es una sorpresa. Creo que la gente hoy necesita más dudas y menos certezas.
Pregunta: ¿Cuál es para usted el objetivo del arte?
Respuesta: La palabra objetivo me hace pensar en disparar. Los blancos no me interesan. Prefiero los errores.
Pregunta: ¿En qué pensaba cuando clavó las manos de aquel chico (otra escandalosa obra suya, "Charlie no surfea", de 1997) a su pupitre escolar?
Respuesta: Me preguntaba qué dolería más: un lápiz ensartado en una mano o repetir primer grado.
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Noel -