
¿Quién no ha echado alguna vez una cabezadita en un transporte público? Pues si nos pasa a nosotros, imaginad al pobre asalariado nipón medio. Lo exigente de sus jornadas de trabajo, esa imposible dieta a base de pescado y cosas redondas, y la exposición continua a las parafilias más descabelladas explican lo fácilmente que aquellos angelitos encorbatados se quedan sopa en los transportes públicos (cuando no en plena rue) al volver de noche a sus armarios, digo apartamentos. Bueno, lo cierto es que lo mucho que le dan al sake también contribuye a que día sí día alcancen semejante catatonia. Y es que no hay más que ver "Sin Chan" para darse cuenta de hasta que punto, por aquellos lares, la ebriedad post-laboral es contemplada como un hecho cotidiano sin la menor trascendencia social.
Eso sí, ahora que allí casi todo el mundo lleva un móvil-cámara en su bolsillo, no podía tardar en extenderse la afición de capturar las posturas más divertidas y grotescas que ofrecen estos inconscientes ciudadanos. Y es que, ¿cómo resistirse a guardar para la posteridad la imagen de un tipo completamente frito, al borde del coma etílico, sin dejar por ello de aferrarse a su maletín? Si acudís
aquípodréis encontrar mogollón de fotos como esta.
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(Este "post" se lo dedico a mis amigos los Art&Maña quienes durante una opípara comida en Sitges me miraron con cara rara cuando les aseguré que esta página existía. ¿Veis como no me lo inventé?)
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