Su obra de arte, gracias.
En 1997 los artistas Clark Whittington y Reed Maxwell tuvieron la ocurrencia de manipular una vieja máquina expendedora de tabaco, sustituyendo los paquetes de cigarrillos por fotografías en blanco y negro. De esa forma, los asistentes a la exposición en que dicha máquina fue presentada podía llevarse a su casa una pequeña obra original de dichos artistas, con tan sólo introducir unas monedas. Ese fue el germen de lo que hoy se conoce como Art*O*Mat project, una iniciativa consistente en diseminar nuevos cacharros similares diseñados por los briosos Whittington y Reed (llamados ahora "Artists In Cellophane"), y cuyo objetivo no es sino el de incentivar la adquisición de obras de arte asequibles por parte de gente que, de no verlas dentro de una maquina expendedora, jamás se plantearía comprarlas.
Hay más de 400 artistas aportando sus obras a los Art*O*Mats, y no hay dos máquinas iguales, ya que sus "tuneadores" se han preocupado de elegirlas de las más diversas épocas y modelos. Además, los "Artists in cellofane" han distribuido cientos de dichos mamotretos no sólo en galerías de arte, sino también en instituciones de lo más diverso: hospitales infantiles, centros deportivos, asilos para ancianos, bibliotecas, etc. Más listos que son estos yanquis...
2 comentarios
Mauro -
Phoskito -