A Perfect Day
Durante el día de hoy he recibido dos noticias nefastas de índole laboral. Dos proyectos de largometraje en los cuales he estado implicado en los últimos años, y que parecían bastante bien enfilados (sobre todo uno de ellos), han muerto abruptamente. Había escrito un texto más largo, contando detalles dolorosos de ambos fallecimientos, aunque sin nombres, ni fechas... Sólo como una forma de exorcizar mi (nueva) desilusión con el mundo del guión de cine. Eso sí, al terminar me di cuenta de lo inconveniente que resultaba en estos instantes colgar un texto así en Internet. Demasiada gente todavía implicada en dichas batallas, demasiados nudos por atar, flecos que ordenar, dinero en juego, botes de salvamento que fletar en sendos naufragios... Eran guiones transpirados, más que inspirados, esculpidos en piedra y con taladro manual, origen de callos cerebrales, néctar (o eso quiero creer) de reuniones agotadoras, de pactos creativos, de voluntarismo, de jaquecas, de altas horas de la madrugada dándole a la tecla... Fuentes de tensiones personales, de amagos de úlceras, de carruseles psicológicos, de chantajes emocionales.
No os creáis jamás la patraña de quién trate de venderos el supuesto "glamour" del guionista. Este oficio consiste básicamente en aceptar tu papel de parturienta dedicada a entregar bebés a la guillotina. Ocho de cada diez veces. Esas son las cuentas que me salen. Cada guión de largometraje suele constar de unas ciento y pico páginas. Y es frecuente tirarse entre año y pico, y dos años de reescrituras coordinadas con un jefe de desarrollo de la productora que pretende hacer la película. En mi disco duro descansan los restos mortales de unos trece guiones que, tras gestarse, o bien nacieron cadáver o bien fueron vilmente ejecutados pese a su inocencia. Casi siempre por cuestiones (miserias) económicas, malas planificaciones, perspectivas equivocadamente optimistas... En estos últimos años he vivido, sobre todo, de escribir espectros de largometrajes que ahora sólo existen en forma de páginas secretas, las cuales (me temo) jamás serán recordadas por nadie más que por los que sudamos sangre sobre ellas. Sensación extraña esta, la de cobrar por crear todo un caudal de fantasmas fílmicos, "zombies" de papel, momentos de jamás rodados... Pura nada.
Una de las experiencias más patéticas y desoladoras que he experimentado como espectador fue el día en que al asistir en un cine a una escena enormemente parecida a otra incluida en uno de mis guiones, pensé: "Bueno, al menos nadie dirá que fuimos nosotros los que copiamos, ya que está peli se ha estrenado después de la nuestra". Entonces, de pronto, me asaltó la terrible verdad: y es que nuestro guión no se había llegado a rodar, esa película nuestra JAMÁS existiría... Una derrota más, otra de tantas. Lastre nuevo para esa carretilla de historias podridas, en descomposición, cada vez más repleta y pesada, que con esfuerzo arrastramos de mercado en mercado, disimulando nuestro creciente, ya endémico cansancio. Obviando el hedor de tanta ficción cadavérica, mientras intentamos reunir fuerzas para seguir creando, gestando nuevas fabulaciones, aunque, año a año, la nube de moscas que nos acompaña sea cada vez más tupida, hasta el extremo de que ya casi ni nos deja ver donde pisamos. Y así avanzamos: a ciegas... pero, eso sí, cada vez más expertos, si no sabios, sí (¿consuelo?)resabiados.
No os creáis jamás la patraña de quién trate de venderos el supuesto "glamour" del guionista. Este oficio consiste básicamente en aceptar tu papel de parturienta dedicada a entregar bebés a la guillotina. Ocho de cada diez veces. Esas son las cuentas que me salen. Cada guión de largometraje suele constar de unas ciento y pico páginas. Y es frecuente tirarse entre año y pico, y dos años de reescrituras coordinadas con un jefe de desarrollo de la productora que pretende hacer la película. En mi disco duro descansan los restos mortales de unos trece guiones que, tras gestarse, o bien nacieron cadáver o bien fueron vilmente ejecutados pese a su inocencia. Casi siempre por cuestiones (miserias) económicas, malas planificaciones, perspectivas equivocadamente optimistas... En estos últimos años he vivido, sobre todo, de escribir espectros de largometrajes que ahora sólo existen en forma de páginas secretas, las cuales (me temo) jamás serán recordadas por nadie más que por los que sudamos sangre sobre ellas. Sensación extraña esta, la de cobrar por crear todo un caudal de fantasmas fílmicos, "zombies" de papel, momentos de jamás rodados... Pura nada.
Una de las experiencias más patéticas y desoladoras que he experimentado como espectador fue el día en que al asistir en un cine a una escena enormemente parecida a otra incluida en uno de mis guiones, pensé: "Bueno, al menos nadie dirá que fuimos nosotros los que copiamos, ya que está peli se ha estrenado después de la nuestra". Entonces, de pronto, me asaltó la terrible verdad: y es que nuestro guión no se había llegado a rodar, esa película nuestra JAMÁS existiría... Una derrota más, otra de tantas. Lastre nuevo para esa carretilla de historias podridas, en descomposición, cada vez más repleta y pesada, que con esfuerzo arrastramos de mercado en mercado, disimulando nuestro creciente, ya endémico cansancio. Obviando el hedor de tanta ficción cadavérica, mientras intentamos reunir fuerzas para seguir creando, gestando nuevas fabulaciones, aunque, año a año, la nube de moscas que nos acompaña sea cada vez más tupida, hasta el extremo de que ya casi ni nos deja ver donde pisamos. Y así avanzamos: a ciegas... pero, eso sí, cada vez más expertos, si no sabios, sí (¿consuelo?)resabiados.
20 comentarios
MERI -
Dani -
Nosotros estamos intentando meter la cabeza con un proyecto y sabemos que si no tenemos ilusión será completamente imposible! Aunque sea jodido y es muy facil decirlo de boquilla, intenta busca en esa ilusión que tenías cuando empezaste con veinte años... un abrazo.
Dani
Trashi -
DM -
Tomás -
Ahora bien, ¿no habría forma de reciclar esos guiones en otro medio? Confieso mi ignorancia en cuanto a los derechos de un guión una vez que no se hace la película: ¿revierten al escriba, se lo queda el productor no sé para qué, van al limbo?. Concretando, ¿no podría salir algún buen tebeo de esos proyectos abortados?
el riojano marrano -
Este oficio sólo es para los audaces y perserverantes.
Lo cual no quiere que se entienda como una crítica de pasada a Trashi. Él se ha dejado los cuernos y mucho. Pero es que tiene diez años de profesión a sus espaldas y es lógico que a estas alturas intente minimizar riesgos.
miguel angel b. -
Jerry el americano -
Trashi -
JORDI -
Trashi -
Martin Pawley -
Si esos guiones eran la mitad de interesantes que los textos de este blog en general y las críticas de cine en particular, no me cabe duda de que eran francamente buenos. Así que, ¡ánimo, hombre! Estoy pensando qué puedo romper en su honor. ¿Una copa de vino, una vez bebida, claro, le parece apropiado?
CellarDoor -
Casos de esos existen muchos, como por ejemplo el de Ángel García Del Val y su CADA VER ES.
Después se hizo agricultor.
Trashi -
Compadre, qué tal??????
Cambie de dirección, perdí tu contacto, todo... ¿Cómo te va? ¿Ahora estás allá? Rápidamente investigo sobre ti...
La_Ruina_De_La_Familia -
Carlos Garcia Campillo -
Trashi -
Y gracias por los ánimos. Romped algo en mi salud. El odio cicatrizará mis heridas, como siempre.
Pedro -
La_Ruina_De_La_Familia -
Roberto -