Un día chungo lo tiene cualquiera
A ver los que siempre odiaron a Mickey Mouse que levanten la mano... Lo suponía: más o menos todos los que siguen visitándome. Normal, este "blog" huele más a Donald Duck (enfurruñado, de voz confusa, abocado al caos y siempre haciéndolo todo a impulsos...) que al ratoncillo de marras, con su vomitivo falsete de eunuco, sus metódicas maneras de obseso del orden y ese enervante blancura hasta en sus cabreos. La dicotomía Donald-Mickey no es más que otra de las manifestaciones universales, apartado cultura de masas, de la eterna lucha entre la entropía y el control, entre el corazón y el cerebro, la musa contra el manual... (¿se os ocurren más? A mí, así a bote pronto, "Kerrigan vs. Harding", "Wolverine vs. Cyclops", "Magic vs. Bird"...). Bueno, a lo que iba, que siempre odié a muerte al dichoso roedor, símbolo del imperio del Mal, y enfermiza proyección de todos los traumas de su falso creador (todos sabéis ya que Disney en realidad mangó el personaje, ¿verdad?). Como soy de los que creen que las rabietas humanizan a la gente, y que el modo de perder los nervios y descargar la agresividad (según con quién, claro) dice mucho de las personas, me he dado cuenta de que lo que menos soportaba de Mickey era esa incapacidad suya para llevar sus enfados hasta la ira, no sé si por culpa de una disfunción emocional o un poder de autocontrol tan insano que, tras tantos años, debería de haber generado ya un tumor tamaño plaza de toros. Pues bien, en cuanto he visto la siguiente imagen de Mickey hecho un basilisco, descompuesto de la rabia, con esos ojos inyectados en sangre y henchidos de odio, y listo para dar un mordisco a quien se le ponga delante, he pensado: ¡Bien! ¡Por fin se ha soltado el lechugino! ¡Ya era hora de que viéramos lo que de verdad lleva dentro el puto roedor este! Y, oye, como que así ya no me cae tan mal, leñe. Con semejante actitud yo le soltaba en un cuadrilátero con Pica (el ratón descuartizador del psicótico dúo "Rasca y Pica", ya sabéis) y, hala, a disfrutar de una carnicería "toon" en toda regla, de un "Celebrity Deathmatch" multireferencial y transgeneracional.
El siguiente objetivo es pillar algún día a Emilio Aragón desarticulado de la furia, o meando sangre en lugar de agua bendita. Como me temo que eso ya va a ser más jodido, podemos hacer una solicitud masiva a la excelsa fabricante de muñecos Medicom para que lance unos modelos del tipo "Milikito iracundo" o bien "Aragón, padre e hijo, devorando niños crudos". Estos japos se mueven exclusivamente por la pela, de modo que si les inundamos a mensajes tal vez se animen a sacar una edición de coleccionista. ¿Os imagináis?
2 comentarios
Víctor Eme -
http://www.dreamers.com/victoreme/tebeos/macabra/unavez1.html
Kitsune -
Y que conste que yo de pequeñita me debatía entre el tío Gilito y Goofy, eso sí que es paranoide.