Blogia
UN TOQUE DE AZUFRE Image Hosted by ImageShack.us

Historieta

El arte publicitario de Dr. Seuss

El arte publicitario de Dr. Seuss Antes de que Theodore Geisel alcanzase la fama como autor de libros infantiles bajo el seudónimo de Dr. Seuss, ya contaba con una considerable carrera como ilustrador publicitario.

En esta página hallaréis una excepcional recopilación de sus trabajos en el campo de la publicidad. Todo un festín para las retinas, en donde ya se aprecia el inconfundible estilo del artista que luego crearía personajes como "The Grinch" o "The Cat in the Hat", además de escribir y diseñar la demencial escenografía del largometraje de culto "Los 5000 dedos del Dr.T".

Comics on line: Babyfood

Comics on line: Babyfood He aquí una pequeña pero muy agradable historieta titulada "Babyfood" que demuestra lo bien que puede quedar los comics en la pantalla si se diseñan con inteligencia y gusto. Su joven autor Brian Lee 0’Malley tiene una página web donde se recopilan muchos más trabajos suyos, algunos sólo encontrables en la red y otros, como "Lost at the Sea" también publicados en papel.

El Fantomas mexicano

El Fantomas mexicano Mi descubrimiento del célebre archicriminal creado por Pierre Souvestre and Marcel Allain no vino de beber directamente de sus fuentes literarias, o de los maravillosos seriales fílmicos dirigidos por Louis Feuillade, sino (¿podía ser de otra forma?) de los tebeos publicados por Editorial Novaro a partir de los años 60.

Adaptando con notable bizarría las características del personaje original, las aventuras del Fantomas viñetero se caracterizaron por su demencial narrativa y su desprejuiciada mezcla de influencias genéricas. De los “fumetti” de la época protagonizados por supervillanos enmascarados como Diabolik o Kriminal absorbió cierto sadismo “sexy” típicamente mediterráneo, de los luchadores mexicanos como Santo, Blue Demon, etc, el comic de Fantomas se nutrió a la hora de brindar referentes locales, de los superhéroes norteamericanos (sobre todo Batman) pilló “gadgets” y clichés argumentales, de los largometrajes de superespías tan de moda tras el éxito de James Bond imitó el “glamour” cosmopolita… sin renunciar, eso sí, a mantener vivas las referencias más afrancesadas: el rollito aristocrático y de “ladrón de guante blanco”, el arte y la cultura como frecuente telón de fondo, la paranoia alrededor de malignas corporaciones secretas, tan típicamente europeas...

En fin, que aquello era un despiporre importante, capaz de crear tal costra en un cerebro infantil que te dejaba listo para, a partir de entonces, no escandalizarte ya con nada. Ay, Novaro, cuánto bien nos hiciste (creo...).

Cuando Batman no se la veía al mear

Cuando Batman no se la veía al mear Pues sí, amigos… no sólo el héroe de Metropolis pasó por una etapa de “cintura tonel” (véase mi anterior “post”, “Cuando Superman estaba gordaco”).

También el Señor de la Noche, el Detective de Gotham tuvo sus días de barrilete. Por supuesto, hay que remontarse a los años 50 del pasado siglo hasta dar con aquella época en que los superhéroes se excedían en su alimentación. En el caso de Batman, el más inolvidable artista que le dibujó fanegas fue Dick Sprang.

Al igual que otros talentos como Jerry Robinson o Bill Finger, Sprang, maestro del expresionismo popular y del diseño robusto, fue uno de los perjudicados por el “vedettismo” del creador del personaje, Bob Kane, tacaño a más no poder a la hora de reconocer las aportaciones de sus colaboradores (todos ellos mejores escritores y dibujantes que él, como suele pasar en estos casos).

¿Gaiman cienciólogo?

¿Gaiman cienciólogo? Pozí... parece que sí, eh.

Pero ya no, calma, que se quitó en el 83. Resulta que el papá de Neil era un auténtico mandamás de la rama inglesa de la Cienciología. David Gaiman, queriendo lo mejor para su retoño, educó al futuro autor de "Sandman" en la doctrina de Hubbard. Ya de mocito, Neil llegaría a ser "auditor de clase VIII" (yo tampoco tengo ni idea de qué significa eso) de la organización ciencióloga de Birmingham. Eso sí, a los veintitres años vio que aquello le empezaba a dar como agobio y dijo que casi mejor que se salía. Y, oye, hasta hoy.

Ah, quien quiera leer una lista detallada de cienciólogos célebres (presentes o pasados), que pinche aquí y vea cómo está el patio.

Grantmorrisoneando

Grantmorrisoneando Para pasármelo bien, bien... lo que se dice bien leyendo comics, nada mejor que agarrarme cualquier cosa de Grant Morrison, y ahí me las den todas.

Ahora me entero por Amazon de la salida en tomo recopilatorio de una de sus obras semiolvidadas dentro del sello Vertigo, "Sebastian O".

La cosa llevaba un rollito "steampunk" decadente y retrofuturista resultado de mezclar en la batidora las lecturas de Tim Powers y Oscar Wilde, con la ingestión masiva de absenta. Por decir algo, vaya.

Yo la recuerdo con mucho agrado (leo que se edito en 1993, qué tiempos...) y como en unos cuantos días no encuentre los números sueltos, dónde quiera que estén dentro del caos de mi tebeoteca, veo que me acabaré pidiendo el tomo. Me han entrado unas ganas brutas de releerlo.

Cuando Superman estaba gordaco

Cuando Superman estaba gordaco Recuerdo que devoraba estás historias de Superman que llegaban a España gracias a las publicaciones de Novaro.

Para mí eran las del "Superman gordo". Hay que ver lo que es ser niño... En mi mente infantil no resultaba chocante que un señor con torso de cachalote volara de aquí y allá en pijama imponiendo un respeto de la leche.

Con el tiempo supe que la mayoría de aquellas historietas estaban dibujadas por Wayne Boring, responsable de la llamada "etapa intermedia" del héroe, entre la inicial de Shuster y Siegel, y el comienzo de la "Golden Age" dominada por Curt Swan (quien envió a Superman un poco al gimnasio, pero tampoco demasiado).

Ah, se me olvidaba. Otra cosa alucinante de Boring es cómo dibujaba a Superman entrando por la ventanas: ¡volando en horizontal y con los brazos en posecita! Eso sí es clase.

Perdí casi todos aquellos tebeos, igual que la inocencia para volver a disfrutar de la lectura de los pocos que he ido recuperando con los años. Eso sí, el contemplar cualquier viñeta del Superman de Boring sigue provocándome un placer indescriptible, similar al que experimentaba el personaje de Eusebio Poncela en "Arrebato" cuando, ya siendo adulto, se reencontraba con su album de cromos de "Las minas del Rey Salomón". Recuerdos, sensaciones, infancia...

Por cierto, Batman también tubo su etapa cetácea, pero esa la dejo para otro día.