Ceñirse a la realidad
Aunque no la entienda un pijo cuando se expresa en lenguaje binario, en lo que es el apartado lúdico, a Marta y a mí nos gustan, más o menos, las mismas cosillas, ya sea en viñetas, polaroids, pasarelas o celuloide.
Es por ello que desde aquí recomiendo, a ella y a todos los que comparten nuestra afición al negro brillante, las texturas suaves y la carnalidad ceñida, un paradita inmediata en este enlace, donde la gente de Blue Underground ha tenido el detallazo de colgar el "trailer" de ese clásico del fetichismo "softcore" y "cult movie" donde las haya titulada "Baba Yaga", e inspirada, evidentemente, en la obra del desaparecido Crepax.
Y ya que estamos en este plan... ¿por qué no volver a revisitar la filmografía del fundamental Olivier Assayas?
Y es que después de dedicarle el otro día unas líneas a su imprescindible "Demonlover" me quedé con el gusanillo de decir también algo sobre la anterior y seminal Irma Vep, el excesivo (y descontroladamente "snob") festín referencial con que, allá por el 96, este nuevo niño prodigio fermentado en las páginas del Cahiers" empezó a dar la nota en el circuito festivalero.
Un tipo capaz de perder el Oremus cinéfilo a fuerza de intentar comprimir en un mismo film tanto su amor por los seriales de Feuillade, las bellezas orientales, Chris Marker y Robbe Grillet, Sonic Youth, Brigitte Bardot y Serge Gainsbourg, Johnnie To y el submundo de los "catsuits" de cuero-latex... pues, ¿cómo no se iba a convertir de inmediato en una de mis debilidades?
Desarticulado y hermosamente fallido contenedor de excusas "pop" e influencias expresionistas, en aras (¡toma pirueta!) de un discurso postmoderno de la muerte, boceto tembloroso de sus últimas maestras, "Irma Vep" ya mostraba de manera candorosamente intuitiva lo que con el tiempo se ha convertido en marca de fábrica de Assayas: su interés por crear, en lugar de largometrajes cerrados, recintos dramáticos autocontenidos, más bien dispositivos estéticos y conceptuales mediante los cuales cada espectador pueda alcanzar (si se toma la molestia) diferentes films hechos a su medida.
En fin, que siendo mil veces mejor película que, por ejemplo, "Baba Yaga", en el fondo "Irma Vep" no deja de ser otra de esas películas favoritas mías, que tan difícil me resulta defender desde un enfoque estrictamente cualitativo, como de crítico de verdad, ya sabéis...
(Y Assayas estuvo tres años casado con Maggie Cheung. Ojito.)
Es por ello que desde aquí recomiendo, a ella y a todos los que comparten nuestra afición al negro brillante, las texturas suaves y la carnalidad ceñida, un paradita inmediata en este enlace, donde la gente de Blue Underground ha tenido el detallazo de colgar el "trailer" de ese clásico del fetichismo "softcore" y "cult movie" donde las haya titulada "Baba Yaga", e inspirada, evidentemente, en la obra del desaparecido Crepax.
Y ya que estamos en este plan... ¿por qué no volver a revisitar la filmografía del fundamental Olivier Assayas?
Y es que después de dedicarle el otro día unas líneas a su imprescindible "Demonlover" me quedé con el gusanillo de decir también algo sobre la anterior y seminal Irma Vep, el excesivo (y descontroladamente "snob") festín referencial con que, allá por el 96, este nuevo niño prodigio fermentado en las páginas del Cahiers" empezó a dar la nota en el circuito festivalero.
Un tipo capaz de perder el Oremus cinéfilo a fuerza de intentar comprimir en un mismo film tanto su amor por los seriales de Feuillade, las bellezas orientales, Chris Marker y Robbe Grillet, Sonic Youth, Brigitte Bardot y Serge Gainsbourg, Johnnie To y el submundo de los "catsuits" de cuero-latex... pues, ¿cómo no se iba a convertir de inmediato en una de mis debilidades?
Desarticulado y hermosamente fallido contenedor de excusas "pop" e influencias expresionistas, en aras (¡toma pirueta!) de un discurso postmoderno de la muerte, boceto tembloroso de sus últimas maestras, "Irma Vep" ya mostraba de manera candorosamente intuitiva lo que con el tiempo se ha convertido en marca de fábrica de Assayas: su interés por crear, en lugar de largometrajes cerrados, recintos dramáticos autocontenidos, más bien dispositivos estéticos y conceptuales mediante los cuales cada espectador pueda alcanzar (si se toma la molestia) diferentes films hechos a su medida.
En fin, que siendo mil veces mejor película que, por ejemplo, "Baba Yaga", en el fondo "Irma Vep" no deja de ser otra de esas películas favoritas mías, que tan difícil me resulta defender desde un enfoque estrictamente cualitativo, como de crítico de verdad, ya sabéis...
(Y Assayas estuvo tres años casado con Maggie Cheung. Ojito.)
3 comentarios
franco -
Cellar Door -
R. -
Y de Robbe-Grillet hay que hablar, hay que recuperarlo, hay que hacerle justicia en este país y en estos tiempos, hay que ponerle un monumento, que además está muy mayor.