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Más famoso que los Beatles

Más famoso que los Beatles El 17 de Dicembre de 2004 se ha suspendido la muestra del artista León Ferrari, Retrospectiva 1954-2004´ que se desarrolla en el Centro Cultural Recoleta, al hacer lugar a una medida cautelar que afirma que en la exhibición ofende a cierto tipo de publico.El Gobierno porteño apelará la resolución.
Según indicaron fuentes judiciales, la jueza en lo contencioso administrativo Elena Amanda Liberatori hizo lugar a la medida cautelar que había presentado por el abogado Pedro Andreguen, en representación de la agrupacion "Cristo Sacerdote".



El Secretario de Cultura del Gobierno porteño, Gustavo López,confirmó que la muestra del artista plástico León Ferrari, que se expone en el Centro Cultural Recoleta, "se cierra de manera preventiva" y adelantó que el estado comunal "apelará" la medida judicial.Gustavo López había insistido en que, desde su función a cargo de Cultura del Gobierno porteño su papel fue "garantizar la libertad de expresión de un artista, sin censurarla".



Más de 40.000 personas acudieron a la muestra del artista , que por el momento ha sido censurada por la jueza Elena Amanda Liberatori. Pero, pensándolo con frialdad, es casi coherente el estado de la cultura actual en Argentina luego de la sinécdoque en la histórica argentina, que fue la Dictadura Militar y el Menemismo, con fuertes puntos de apoyos de varios sectores sociales, como por ejemplo la derecha de militares (a los cuales Menen dio el Indulto en los 90), civiles y la cupula de Iglesia Catolica como Institucion, (Bendiciendo armas, asistiendo a grandes galas con los asesinos y participando en sesiones de torturas, como el conocido caso del Padre Von Wernich quien torturaba a mujeres embarazadas).



Con todo estos antecedentes históricos, no es de sorprender que lo que sucede con la Muestra del Plastico León Ferrari y su posterior Censura es algo similar a la Censura que sufrio el artista plastico Gottfried Helnwein en Austria, hace unos anos,por sectores pacatos de derechas.
La Censura en el arte tambien es una constante en la vida de los artistas libres de espiritu. La jueza Liberatori sigue la lógica de represión y censura que todavía existe en nuestro Argentina.
(el 23 de diceimbre del 2004, en la Ciuda de Cordoba,Argentina se censuro otra muestra de arte) El Plastico León Ferrari 85 anos de edad, es uno de los más grandes artistas de nuestro tiempo, con un respeto internacional ganado gracias a su trabajo minucioso y sorprendente.Su restrospectiva es muy rica e irónica y ha sido respetada en todo el mundo, asi como el trabajo rico y poderoso de Gottfried Helnwein en Europa y todo el mundo.

El arzobispo Bergoglio ha arremetido contra el Artista León Ferrari,la directora del Centro Cultural Recoleta (Buenos Aires), Contra el jefe de Gobierno Anibal Ibarra y el Secretario de Cultura Sr. Gsutavo Lopez. Con una lógica discursiva Inquisidora,enviando a violentos a destruir las obras de León Ferrari, Algo similar a los libros quemados en épocas de dictaduras en Europa y America Latina, como así en el Tristísimo y asesino periodo nazi, luego claro esta,luego de los libros quemados, comenzaron matar, gasear, secuestrar y desaparecer personas. Llegando a la cumbre orgásmica de poder y Horror.

Primero, aquí a la izquierda, la del artista argentino León Ferrari, de quien he mangado las siguientes líneas biográficas de una página web que se han molestado en proteger con anti-pasteo.

Nacido en Buenos Aires en 1920, Ferrari se inició en el arte en 1954, con una serie de esculturas de cerámica. En 1961 realizó la primera escritura abstracta, ininteligible, serie que continuó hasta el presente. En 1963 denominó a un conjunto de estas grafías “Cartas a un general” y en 1964 realizó “Cuadro Escrito”, la descripción escrita de una obra, considerada hoy como uno de los primeros ejemplos del arte conceptual internacional. En el Premio Di Tella de 1965 presentó “La Civilización Occidental y cristiana”, un Cristo crucificado sobre un bombardero norteamericano, obra que fue rechazada. A partir de ese momento abandonó el arte
limitándose a presentar algunas obras políticas en
exposiciones colectivas. En 1976 recopiló un grupo de
noticias sobre la represión de la dictadura militar que
publicó con el título de “Nosotros no sabíamos”, frase
que una parte de la ciudadanía argentina utilizaba
frente a las pruebas de la tortura y de los centros de
detención de la dictadura.

Ese año dejó el país y se radicó en San Pablo, Brasil.
Allí se vinculó a artistas brasileños con los que
trabajó en diversas técnicas: fotocopia, arte postal,
litografía, microficha, video texto, libro de artista.
En 1980 realizó una serie de heliografías de planos y un
grupo de instrumentos musicales que usó en varias
performances.

En 1983 retomó el tema político-religioso con collages e
ilustraciones para la Biblia, en los que combinaba
iconografía católica, erótica oriental e imágenes
contemporáneas. En 1985 inició una serie de obras con
estiércol de aves, exponiendo en el MAM de San Pablo una
jaula con dos palomas que defecaban sobre el Juicio
Final de Miguel Ángel.

Desde 1991 reside en Buenos Aires, donde continúa
realizando obras en diversos medios. En 1996 ilustró el
Nunca Más, libro reeditado por el diario Página/12 en
forma de fascículos que reúne centenares de testimonios
sobre los crímenes de las Fuerzas Armadas de la
Argentina. En 2002, inició los “Electronicartes”,
imágenes sobre la actualidad argentina e internacional
que enviaba por correo electrónico.

Ferrari es miembro fundador del CIHABAPAI (Club de
impíos, herejes, apóstatas, blasfemos, ateos, paganos,
agnósticos e infieles) que en la Navidad de 1997
solicitó al Papa que gestionara la anulación del juicio
final y de la inmortalidad y en el 2001 el desalojo y
demolición del infierno.

Es el más inquietante y persistente artista político argentino en la actualidad —y no soy la única en creerlo— . Su obra "La civilización occidental y cristiana" (1965) alcanzó cierta visibilidad en los últimos años, sobre todo a partir de que cientos la vieron en la apertura del MALBA: el montaje de un Cristo de santería sobre un avión de combate norteamericano, igual a los que por entonces bombardeaban poblados y escuelas vietnamitas. La historia de esta obra condensa muchas de las paradojas del arte argentino. Jorge Romero Brest, director del Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella, la censuró en 1965 y pidió que la retirasen del Premio Nacional pese a que estaba reproducida en el catálogo —y fue por ende comentada (hostigada, diría) en la prensa. Fue base de un conocido afiche de Ricardo Carpani, e ilustró la tapa de Palabras ajenas, la edición de una obra de teatro del propio Ferrari, de 1967, en la que a través del montaje de discursos (extraídos de la Biblia y de encíclicas papales) denunciaba la intimidad entre la política y la religión. Durante los 15 años de su exilio en Brasil, la cruz-avión quedó arrumbada en un depósito de muebles y su cuidador, a pesar de que sólo había pagado el primer año de guarda, decidió conservarla. De allí la recuperó Ferrari en los 90, cuando regresó al país, y desde entonces fue incluida en una decena de muestras en el país y el extranjero, ilustró tapas de libros y fue parte de colecciones privadas y objeto de disertaciones. En este periplo se leen las tensiones entre radicalización política y modernización cultural en los 60, las extrañas formas de sobrevivencia en catacumbas durante la dictadura —de las personas, de sus objetos y archivos—, el redescubrimento reciente del llamado "conceptualismo ideológico" latinoamericano.

Desde hace medio siglo, la producción de Ferrari avanza en muchos otros sentidos y formatos: "Me parece que todo, absolutamente todo, es materia prima para hacer arte: desde colores, arcillas, hasta el tiempo, las ideas, la basura, los tormentos, la política, la muerte, lo podrido, lo cursi y el estiércol", le oí decir. Y aunque algunos galeristas locales (Briante, Castagnino, Giesso, Monzón) mostraron su obra y —más recientemente— ha sido incorporado en selecciones internacionales (entre otras, "Heterotopías", en el Reina Sofía de Madrid, en 2000; la próxima Bienal de Mercosur), la vasta trayectoria del artista continúa siendo desconocida para el gran público argentino. De hecho, en setiembre del 2002, su "Amate", montaje de un grabado clásico japonés —sobre la masturbación femenina— fue descolgado por un día del Museo Castagnino de Rosario.

Religión y represión. La corrosiva "cruzada" de Ferrari para evidenciar los lazos entre represión y religión, lo llevó en 1997 a promover el envío de una carta al Juan Pablo II, firmada por alrededor de 150 artistas que adhirieron al CIHABAPAI (Club de impíos herejes apóstatas blasfemos ateos paganos agnósticos e infieles, en formación). Solicitaban al Papa tuviera a bien conceder la anulación del juicio final y de la inmortalidad a la que nos ha sometido Dios. Su obra, como dice el crítico Roberto Jacoby, es "una de las más extravagantes y desmesuradas que haya emprendido un artista de nuestra época".

Ya en 1986 había escrito su "Manifiesto para una Unión de Herejes" en el que proclamaba que "el infierno como castigo para quienes sostienen ideas diferentes de quienes lo administran, señala el grado máximo posible de la intolerancia". Esa misma intolerancia quedó evidenciada con los sucesos que hace tres años determinaron el levantamiento de la muestra "Infiernos e idolatrías", e incidieron en la partida de Tono Martínez, director del ICI-Buenos Aires, señalando hasta dónde llegan los sectores católicos más recalcitrantes de la Argentina laica. Integrantes de la Juventud Católica Argentina Nuestra La Salette y de la Agrupación Custodia cerraron durante dos días el acceso a la muestra en Florida y Santa Fe condenando al "judio Ferri"(sic), y arrojaron gases, pintura y basura al interior del ICI.

Allí, como en otras series previas, Ferrari tomaba fragmentos de la iconografía cristiana sobre el castigo divino, el juicio final y el infierno eterno para focalizar en "los padeceres que ellos imaginaron para hombres y mujeres". Son los ilustradores de la cristiandad, los "artistas del poder", quienes produjeron esas tormentosas visiones que anuncian las sagradas escrituras,"el extraordinario arte político que colaboró con la Iglesia y que constituye buena parte del tesoro cultural de Occidente": cuerpos devorados por las llamas, demonios mutilando los genitales de sus víctimas, entregándolas a la voracidad de enormes insectos, reptiles y roedores. Los collages de Ferrari sugieren hasta qué punto esas mismas imágenes han sido fuente de inspiración para los que se autoarrogaron el derecho divino de aniquilar: los nazis y los genocidas de la última dictadura

Vanguardia y política. En 1966 Ferrari participa en la organización del "Homenaje al Vietnam", en la que más de 200 plásticos, desde Carpani hasta Minujin, reúnen sus trabajos en la galería Van Riel. Impulsa —entre otras iniciativas colectivas en la SAAP— "Malvenido Rockefeller" (1969), con afiches contra la gira del funcionario norteamericano. La radicalización política y artística de la vanguardia sesentista llega a su momento culminante en el 68, cuando Ferrari y muchos otros se alejan del Di Tella y las instituciones artísticas, y se vinculan a la CGT de los Argentinos, opositora a la dictadura de Onganía, en cuyo ámbito hacen la renombrada acción "Tucumán Arde". Ferrari aporta a esta obra colectiva un panel con un centenar de noticias tomadas de los distintos medios gráficos sobre la crisis de los ingenios azu careros tucumanos, que empapelaron la entrada a las muestras en las sedes sindicales de Rosario y Buenos Aires.

Entre el 70 y el 76 militó activamente en el Foro de Buenos Aires por los Derechos Humanos y en el Movimiento contra la Represión y la Tortura. También colabora con ANCLA, la agencia clandestina de noticias que organizó el escritor y periodista desaparecido Rodolfo Walsh. Forzado por la dictadura a abandonar el país, se exilia en San Pablo, adonde recibe el golpe de la desaparición de su hijo Ariel, en Buenos Aires. Desde su retorno a Buenos Aires, Ferrari no ha dejado de organizar muestras y libros colectivos como "No al indulto"(1989), "500 años de represión"(1992), "XX años del Proceso" (1996), "La desaparición" (1998). Sus obras (desde botellas con profilácticos, peceras con axolotes y juguetes, escrituras sobre maniquíes, transcripciones de Borges en braile sobre una imagen y muchos otros) multiplican su crítica al poder, y también su capacidad de encontrar nuevos y revulsivos modos de hacer arte y política a un tiempo.

Hace unos años se celebró con una fiesta sorpresa las bodas de oro de su matrimonio con Alicia. Unas estampitas que los retrataban a él como obispo y a ella como santa circulaban, risueñas. Comimos fideos en la vereda, bebimos con alegría. Quienes tenemos el privilegio de conocerlo sospechamos que elegiríamos a León como un ángel de la guarda pagano. A los 82 años, tiene la belleza de quien sabe reírse y los silenciosos pasos y las palabras justas de quien no necesita gritar.

la del graffitero-artista Banksy, un británico que va por ahí con máscara de mono (otra razón para apreci

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Y, por último, Vincent Gallo.

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