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Monster Kid me resulta imprescindible para recibir la dosis de terror "camp" que como incurable aficionado al género necesita mi organismo. El contenido viene a ser el predecible, es decir, como si el entrañable Forrest Ackerman hubiera volcado toda su memoria en la pantalla, y ese "maremagnum" lo hubieran maquetado (con gusto) los responsables de la mítica "Filmfax". Ahora bien, a falta de sorpresas, todo exuda tal amor hacia el material de base, que a veces buceando por sus páginas hasta me emociono y lloro como un chiquillo.
1 comentario
miguel angel b. -
Y no creo que se pueda añadir mucho más, salvo que podemos compartir pañuelo para secarnos la lagrimita nostálgica. Pese al soporte cibernético paseando por tu enlace he vuelto a...oler...las ásperas páginas de las publicaciones Garbo pre Toutain, con todo el aluvión de recuerdos que ello comporta. Corro a sumar el enlace a "favoritos", que pronto será octubre, tiempo bradbury por excelencia. Bonito, bonito.