El documental "de moda"
Otra de mis últimas críticas para "Fotogramas". Sobre una peli que abre el apetito.
SUPER SIZE ME
por Antonio Trashorras
Dirección y guión: Morgan Spurlock. Intérpretes: Morgan Spurlock, Alexandra Jamieson, Bridget Bennett. Fotografía: Scott Ambrozy. Música: Steve Horowitz. Título original: Super Size Me. Nacionalidad: USA, 2004.
En los 60, Hunter S. Thompson acuñó el término periodismo "gonzo" para etiquetar sus reportajes, caracterizados por implicarse más que nadie en los temas que trataba. Si bien él no creo la fórmula, sí que, al borrar toda línea entre persona y cronista, y extremando su comportamiento "kamikaze", acabó por ser conocido como el periodista dispuesto a experimentar en cuerpo y mente las consecuencias de cada uno de sus reportajes. Recientemente, Michael Moore fundió con éxito la "stand up comedy" envenenada y el documental político, mientras que Johnny Knoxville ("Jackass") diseñó un cóctel molotov compuesto de masoquismo exhibicionista, ingenuidad infantil y actitud punk, logrando un no-mensaje total a la medida de nuestra juventud más anestesiada.
Alumno de todos ellos, Spurlock, pese a mostrar rasgos afines a cada uno, no acaba de tener el talento afilado y único de esos incordiadores mediáticos. Reconozcámoslo, su divertida cruzada contra la comida basura, más allá del enfoque mártir y de su agilísimo ritmo (por algo se crió profesionalmente en la celeridad de la cadena MTV), carece del interés y la chicha de otros documentales recientes. "Super Size Me" no es sino un fulgurante trayecto hacia la obviedad, lleno de atajos informativos, datos mostrados en plan trilero y mucho malabarismo expositivo de cara a disimular el estatismo (narrativo) y la vacuidad (periodística) de varios minutos de su metraje.
En el fondo, a nivel creativo, Spurlock ha pergeñado un producto con más de un paralelismo con esas mismas hamburguesas objeto de su ataque: un documental "fast food", de consumo fácil, sabroso, sí, pero más grasiento que nutritivo. Entiéndanme: entrener, entretiene; buscaba hacer pupa a McDonald, y lo consiguió. Pero no hubiera estado mal una visión creativa más audaz, y, desde luego, más voluntad de investigación, más vitaminas y menos endulzantes populistas.
LO MEJOR: la parte dedicada al "catering" de las escuelas.
LO PEOR: el escaso desarrollo de la premisa.
SUPER SIZE ME
por Antonio Trashorras
Dirección y guión: Morgan Spurlock. Intérpretes: Morgan Spurlock, Alexandra Jamieson, Bridget Bennett. Fotografía: Scott Ambrozy. Música: Steve Horowitz. Título original: Super Size Me. Nacionalidad: USA, 2004.
En los 60, Hunter S. Thompson acuñó el término periodismo "gonzo" para etiquetar sus reportajes, caracterizados por implicarse más que nadie en los temas que trataba. Si bien él no creo la fórmula, sí que, al borrar toda línea entre persona y cronista, y extremando su comportamiento "kamikaze", acabó por ser conocido como el periodista dispuesto a experimentar en cuerpo y mente las consecuencias de cada uno de sus reportajes. Recientemente, Michael Moore fundió con éxito la "stand up comedy" envenenada y el documental político, mientras que Johnny Knoxville ("Jackass") diseñó un cóctel molotov compuesto de masoquismo exhibicionista, ingenuidad infantil y actitud punk, logrando un no-mensaje total a la medida de nuestra juventud más anestesiada.
Alumno de todos ellos, Spurlock, pese a mostrar rasgos afines a cada uno, no acaba de tener el talento afilado y único de esos incordiadores mediáticos. Reconozcámoslo, su divertida cruzada contra la comida basura, más allá del enfoque mártir y de su agilísimo ritmo (por algo se crió profesionalmente en la celeridad de la cadena MTV), carece del interés y la chicha de otros documentales recientes. "Super Size Me" no es sino un fulgurante trayecto hacia la obviedad, lleno de atajos informativos, datos mostrados en plan trilero y mucho malabarismo expositivo de cara a disimular el estatismo (narrativo) y la vacuidad (periodística) de varios minutos de su metraje.
En el fondo, a nivel creativo, Spurlock ha pergeñado un producto con más de un paralelismo con esas mismas hamburguesas objeto de su ataque: un documental "fast food", de consumo fácil, sabroso, sí, pero más grasiento que nutritivo. Entiéndanme: entrener, entretiene; buscaba hacer pupa a McDonald, y lo consiguió. Pero no hubiera estado mal una visión creativa más audaz, y, desde luego, más voluntad de investigación, más vitaminas y menos endulzantes populistas.
LO MEJOR: la parte dedicada al "catering" de las escuelas.
LO PEOR: el escaso desarrollo de la premisa.
9 comentarios
miguel angel b. -
La-Ruina-de-la-Familia -
Trashi -
J. Eden -
Punto para Spurlok.
Trashi -
En cuanto a la vomitona... pues parecía real. Ahora bien, cualquiera puede provocarla, con sólo hartarse de comer y luego esperar que lleguen las arcadas. Tampoco es una heroicidad, es obvio que no hay riesgo y al final tiene un plano de impacto facilón.
Janacek -
(Con tantos kilos como me sobran no pienso ir a verla, que luego sale la gente del cine señalándome :()
Judith -
angel theangel -
Martin Pawley -
El documental es divertido, eso sí.