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PRIMERA RECONSTRUCCIÓN DE ROSTROAgencias (14/10/04, 23.07 horas)
Un equipo del Metropolitan Hiroo Hospital de Tokio ha conseguido por primera vez reconstruir la cara quemada de un hombre en una sola intervención y utilizando un único autotrasplante de piel, según se hizo público ayer en la conferencia de la Asociación Americana de Cirugía Plástica. El proceso evita tener que ir parte por parte, con el riesgo para el paciente de sufrir infecciones y de que le queden cicatrices, según los médicos. El paciente sufrió quemaduras en el rostro, cuello, pecho y brazos cuando se incendió una lata de gasolina que estaba manipulando. Para reconstruir la cara los médicos han utilizado piel de su espalda, que hicieron crecer mediante un expansor hasta que alcanzó un tamaño de 28 por 27 centímetros.
La piel usada tardó seis meses en crecer. Para obtenerla se introdujo un balón de silicona bajo la piel sana de la espalda, que fue aumentando de volumen mediante inyecciones de suero salino. Cuando se tuvo una superficie suficiente y de calidad se extirpó la piel y se trasplantó a la cara. Expertos en microcirugía realizaron las conexiones a venas y arterias del cuello que permiten que la sangre llegue al injerto de piel y lo alimente. Como el donante y el receptor de la piel es el mismo (es lo que se denomina un autotrasplante o trasplante autólogo) no hay problemas de rechazo. "La intervención es novedosa, pero ya se sospechaba que era posible. En España hay muchos equipos de microcirujanos que podrían hacerla si contaran con el paciente que lo necesitara", ha dicho el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética (SECPRE), Manuel Sánchez Nebreda. "La técnica de los expansores ya se usa por ejemplo con mujeres a las que se les extirpa una mama para que creen piel antes de implantarles una prótesis", explicó Sánchez Nebreda. "Lo normal en estos casos es hacer injertos por unidades anatómicas, como boca-mentón, ojos o mejillas. De esta manera las cicatrices quedan en zonas intermedias", explica el presidente de la sociedad médica. En el caso del paciente japonés sólo ha hecho falta utilizar una pieza extra para reconstruir la nariz, donde las quemaduras eran más profundas.
Las ventajas de esta técnica no son solamente físicas. El método permite que la cara reconstruida tenga una apariencia más normal, lo que evita parte del sufrimiento psicológico y el rechazo social de los pacientes, afirman los médicos.
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