Bricomaníaco y figura hasta la sepultura
El bricolage no es lo mío y desde luego me resulta arduo empatizar con aquellos que emplean su poco o mucho tiempo libre en fabricarse cualquier mueble por la satisfacción de mirarlo luego, respirar hondo y pensar: eso lo hice yo
con mis manitas. En fin, cada cual por su camino, pero soy de los que opinan que mejor harían usando ese tiempo en
no sé, leer una buena novela o entregarse al onanismo (incluso ambas cosas a la vez, siempre que el libro sea de bolsillo). Eso sí, lo de llevar la bricomanía hasta el extremo fabricarte tu propio ataud reconozco que me ha llegado al corazón. Chapuzas del mundo, si hacéis este trabajillo antes de que os sorprenda la parca, sin duda, podréis descansar en paz.
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