Dios salve cada rincón de este bunker
Hola, hola, probando, probando... Saludos desde el festival de cine de San Sebastián. Aquí ando, recién salido de ver "The Village" de Shyamalan y noqueado todavía ante la virulencia de esta su nueva y enfermiza parábola criptocatólica, pro-aislacionista y anti-progreso. Se vuelve a confirmar que este señor tristón, monstruosamente dotado para la fabricación de imágenes contundentes y la puesta en escena con fundamento, resulta un elemento ideológico de cuidado; todo un paladín de la emoción panfletaria y síntoma viviente del pánico cerval que late en determinado segmento de la actual sociedad yanqui hacia posibles amenazas externas y el (según Shyamalan, claro) deteriorado futuro moral de la civilización occidental. Estamos ante un artista torturado, contradictorio y con un miedo atroz, casi patológico, a muchas de las cosas implícitas en esta compleja realidad que, nos guste más o menos, nos ha tocado vivir a principios del siglo XXI. Quizá también, no lo niego, este perfil autoral y psicológico tan extremo, unido a su indudable talento visual y su artero uso de efectismos narrativos bien aprendidos, sea lo que le convierte en una de las personalidades más dignas de seguir (por peculiares) del moderno cine americano.
Temáticamente sus historias giran siempre alrededor de ciertas decisiones éticas radicales, cuya "necesidad" Shyamalan vende al espectador con tozuda convicción gracias a su talento escénico y su intensidad dramática. También, por desgracia, obligado por el componente prestidigitador que como guionista se auto impone siempre, sus crispadas alegorías religiosas con pirueta final acaban por chirriar demasiado, por culpa del, en ocasiones, precario maridaje entre su tono denso, doliente, y la pretendida solemnidad de su mensaje, con su (para mí, simpática) querencia hacia la bizarría "pulp". "The Village", al igual que todos sus anteriores films, manifiesta todo este juego de tensiones contrapuestas, si bien de manera más crispada, histérica y (quisiera creer) transparente para el gran público.
Considerada de manera exclusivamente fílmica, "The Village" resulta otro estilizado ejercicio de clonación por parte de su autor de los esquemas propios del terror de sorpresa y mensaje a lo Rod Serling, constituyendo una experiencia cinematográfica absorbente. Ahora bien, más allá de su labor como creador de artefactos genéricos disfrutables y de concienzuda elaboración audiovisual, sería deseable que un fundamentalista religioso, un retrógrado cultural, un cruzado de la intolerancia disfrazado de cuentista moral como Shyamalan, influyera lo menos posible en el modo de pensar de los espectadores actuales. O apañados vamos.
Saludos desde la bella Donostia y si voy teniendo algún rato libre durante el festival os seguiré contando cosillas sobre algunas de las pelis que vea. A cuidarse...
Temáticamente sus historias giran siempre alrededor de ciertas decisiones éticas radicales, cuya "necesidad" Shyamalan vende al espectador con tozuda convicción gracias a su talento escénico y su intensidad dramática. También, por desgracia, obligado por el componente prestidigitador que como guionista se auto impone siempre, sus crispadas alegorías religiosas con pirueta final acaban por chirriar demasiado, por culpa del, en ocasiones, precario maridaje entre su tono denso, doliente, y la pretendida solemnidad de su mensaje, con su (para mí, simpática) querencia hacia la bizarría "pulp". "The Village", al igual que todos sus anteriores films, manifiesta todo este juego de tensiones contrapuestas, si bien de manera más crispada, histérica y (quisiera creer) transparente para el gran público.
Considerada de manera exclusivamente fílmica, "The Village" resulta otro estilizado ejercicio de clonación por parte de su autor de los esquemas propios del terror de sorpresa y mensaje a lo Rod Serling, constituyendo una experiencia cinematográfica absorbente. Ahora bien, más allá de su labor como creador de artefactos genéricos disfrutables y de concienzuda elaboración audiovisual, sería deseable que un fundamentalista religioso, un retrógrado cultural, un cruzado de la intolerancia disfrazado de cuentista moral como Shyamalan, influyera lo menos posible en el modo de pensar de los espectadores actuales. O apañados vamos.
Saludos desde la bella Donostia y si voy teniendo algún rato libre durante el festival os seguiré contando cosillas sobre algunas de las pelis que vea. A cuidarse...
20 comentarios
luis b. -
Meri -
Para mi es Blair Witch Project con DOGVILLE sin duda
lola -
La_Ruina_De_La_Familia -
Trashi -
Anónimo -
NO. Expláyate, pero ya, hombre. No te hagas de rogar.
EL que no la haya visto, que mire pa otro lado.
RM -
Y Hurt, siempre lo ha dicho el propio Moore, es el modelo en el que está basado Ozymandias.
Noelio -
Jerry el americano -
RM -
Joder, que la voy a tener que ver y todo...
Roberto -
Tampoco soporto a Guediguian. La diferencia entre estos santurrones de izquierda (o de derechas, viene a ser lo mismo) y autores interesantes como Shyamalan (me importa un bledo la ideología que tenga) es que unos sacan el mundo como les gustaría que fuera o como lo ven desde su perspectiva deformada y otros nos muestran como es en realidad. O eso me parece a mí.
Trashi -
Jerry el americano -
Roberto -
Lo admirable del tipo es que no te escamotea nada. Es decir, la película empieza con un niño muerto a causa del aislamiento auto-impuesto. Vemos el terror de todos los niños y jóvenes encerrados en los sótanos cuando "los que no tienen nombre" pululan por el pueblo. Vamos, que tampoco los presenta (a William Hurt y cia) como seres ejemplares. Incluso, al final me parecen bastante hijos de puta. Es cierto que tampoco los desligitima del todo. Pero ya sabemos lo que dicen del infierno y las buenas intenciones. Acusar a esta película de fundamentalismo religosio y de ser retrograda culturalmente es como suponer que "¡Qué verde era mi valle!" de Ford era un simple ejercició de nostalgia políticamente conservador.
miguel angel . -
Ya digo, dudo...
Ahora, el hombre es un magnifico cineasta y el tema-el miedo como factor de cohesión social-tiene verdadera enjundia.
Trashi -
fnaranjo -
Por lo demás, Shyamalan tiene un ojo mágico para plasmar el desasosiego en la pantalla... y para hacerlo, además, con un respeto exagerado por sus clásicos (que vienen a ser los nuestros,ojo). Tan exagerado que, a veces, casi, casi...
josemi -
SrLansky -
bannister -