La casa que Joss construyó
Hace tres meses que vi la séptima y última temporada de "Buffy" en DVD y desde entonces tengo el gusanillo de escribir algo sobre ella. Bueno, en realidad me apetece escribir algo que cubra toda la obra en conjunto, de principio a fin. Pero no hay tiempo, amiguitos. Si me pongo, me pongo... y cualquiera saca las horas necesarias para quedarme de verdad a gusto, para quitarme la espinita de reconocimiento que creo que, en honestidad, les debo a Joss Whedon y su soberbio equipo de guionistas, actores y realizadores por tantas horas de diversión, emoción y pasión ante la pequeña pantalla.
De momento, en espera del rato necesario para explayarme, sólo os diré que si todavía sois de esos prejuiciosos a los cuales les resulta mosqueante el reconocimiento de tanta gente "seria" hacia una serie titulado "Buffy cazavampiros", si os parece imposible que eso os pueda gustar a vosotros, si incluso habéis picoteado algún capítulo y la cosa sigue sin fascinaros precisamente... bien, pues juro por mi muñeco de Eduardo Manostijeras que hasta hace no demasiado (casi dos años) yo era como vosotros. Recelaba de los buffymaníacos, me escamaba su nivel de seguimiento, de inmersión en ese universo narrativo que como mero espectador esporádico podía encontrar simpático, sí, pero desde luego lejos del tipo de ficción que realmente te llega dentro, te aporta cosas, te influye...
Yo había seguido toda la primera temporada en la tele (Canal +) e intermitentemente la segunda. Simpatizaba con su espíritu teen sin caer en las tramas idiotas y los clichés hormonales (cosas que a las que yo tampoco hago ascos, todo sea dicho). La serie me parecía un ejemplo modélico de producto inteligente para jóvenes (de edad y/o espíritu), pero no más que eso. Algo defendible en su justa medida pero tampoco para organizar una cruzada por ella.
Fue la exposición continuada, temporada tras temporada, gracias a la generosidad de un amigo poseedor de esas envidiables cajas de DVDs de procedencia extranjera (ahora afortunadamente se están editando aquí), lo que terminó convirtiéndome también a mí en uno de ellos. Me limitaré a decir que tras visionar el ÚLTIMO capítulo de la séptima temporada sentí un vacío en el estómago sólo comparable a esas sensaciones que a uno le asaltan cuando experimenta cambios de verdad importantes en la vida. Tal había sido el incremento de intensidad emocional inyectado por Whedon & Cia desde aquellos lejanos primeros años, que 144 capítulos después me resultaba muy, muy difícil concebir que jamás iba a volver a saber nada de aquellos personajes (alguno siguió apareciendo en el cross over Angel, pero eso es otra historia...).
Desde entonces busco algún sustitutivo televisivo bajo cuyos efectos superar el síndrome de abstinencia de Buffy. He comprobado, como era imaginable, que lo más efectivo es recurrir a otro producto Whedon, claro. Angel sirve, atrapa y te sacude (me falta por ver la quinta y última temporada), pero no acaba de ser lo mismo. Firefly también me resultó muy grata, pero, ay, fue tan breve... Desde entonces le he dado una oportunidad a Alias y, aun divirtiéndome, no diré que no... debo reconocer que me aferro a ella como un clavo ardiendo, buscando la emoción televisiva perdida, con un algo vergonzoso espíritu de a falta de pan, buenas son tortas (Abrams, tío, eres bueno y me caes bien, pero... Joss te mira todavía desde arriba).
Espero que pronto llegué la caja con la quinta temporada de Angel y se estrene Serenity (la peli de Firefly) y (espero) se produzcan los prometidos telefilmes protagonizados por los personajes secundarios de Buffy y Angel. Entonces y sólo entonces sé que se me calmará esta extraña sensación de vacío en la boca del estómago, esta intranquilidad que siento al saber que esos personajes que tan bien conozco están por ahí, sueltos, viviendo dios sabé que cosas... ¡sin que yo los esté viendo!
No sentía nada parecido desde que los comics Marvel dejaron de editarse en España tras la desaparición de Ediciones Vértice y me quedé colgado con las aventuras de los X Men de Claremont. Eso no se le hace a un adicto.
De momento, en espera del rato necesario para explayarme, sólo os diré que si todavía sois de esos prejuiciosos a los cuales les resulta mosqueante el reconocimiento de tanta gente "seria" hacia una serie titulado "Buffy cazavampiros", si os parece imposible que eso os pueda gustar a vosotros, si incluso habéis picoteado algún capítulo y la cosa sigue sin fascinaros precisamente... bien, pues juro por mi muñeco de Eduardo Manostijeras que hasta hace no demasiado (casi dos años) yo era como vosotros. Recelaba de los buffymaníacos, me escamaba su nivel de seguimiento, de inmersión en ese universo narrativo que como mero espectador esporádico podía encontrar simpático, sí, pero desde luego lejos del tipo de ficción que realmente te llega dentro, te aporta cosas, te influye...
Yo había seguido toda la primera temporada en la tele (Canal +) e intermitentemente la segunda. Simpatizaba con su espíritu teen sin caer en las tramas idiotas y los clichés hormonales (cosas que a las que yo tampoco hago ascos, todo sea dicho). La serie me parecía un ejemplo modélico de producto inteligente para jóvenes (de edad y/o espíritu), pero no más que eso. Algo defendible en su justa medida pero tampoco para organizar una cruzada por ella.
Fue la exposición continuada, temporada tras temporada, gracias a la generosidad de un amigo poseedor de esas envidiables cajas de DVDs de procedencia extranjera (ahora afortunadamente se están editando aquí), lo que terminó convirtiéndome también a mí en uno de ellos. Me limitaré a decir que tras visionar el ÚLTIMO capítulo de la séptima temporada sentí un vacío en el estómago sólo comparable a esas sensaciones que a uno le asaltan cuando experimenta cambios de verdad importantes en la vida. Tal había sido el incremento de intensidad emocional inyectado por Whedon & Cia desde aquellos lejanos primeros años, que 144 capítulos después me resultaba muy, muy difícil concebir que jamás iba a volver a saber nada de aquellos personajes (alguno siguió apareciendo en el cross over Angel, pero eso es otra historia...).
Desde entonces busco algún sustitutivo televisivo bajo cuyos efectos superar el síndrome de abstinencia de Buffy. He comprobado, como era imaginable, que lo más efectivo es recurrir a otro producto Whedon, claro. Angel sirve, atrapa y te sacude (me falta por ver la quinta y última temporada), pero no acaba de ser lo mismo. Firefly también me resultó muy grata, pero, ay, fue tan breve... Desde entonces le he dado una oportunidad a Alias y, aun divirtiéndome, no diré que no... debo reconocer que me aferro a ella como un clavo ardiendo, buscando la emoción televisiva perdida, con un algo vergonzoso espíritu de a falta de pan, buenas son tortas (Abrams, tío, eres bueno y me caes bien, pero... Joss te mira todavía desde arriba).
Espero que pronto llegué la caja con la quinta temporada de Angel y se estrene Serenity (la peli de Firefly) y (espero) se produzcan los prometidos telefilmes protagonizados por los personajes secundarios de Buffy y Angel. Entonces y sólo entonces sé que se me calmará esta extraña sensación de vacío en la boca del estómago, esta intranquilidad que siento al saber que esos personajes que tan bien conozco están por ahí, sueltos, viviendo dios sabé que cosas... ¡sin que yo los esté viendo!
No sentía nada parecido desde que los comics Marvel dejaron de editarse en España tras la desaparición de Ediciones Vértice y me quedé colgado con las aventuras de los X Men de Claremont. Eso no se le hace a un adicto.
20 comentarios
Alexander -
Trashi -
Trashi -
Respecto a lo de Spike, básicamente no estoy de acuerdo contigo, y la visión de Adela la subscribo a medias. Cuando tenga tiempo dedicaré una entrada a Spike... y mi relación con su él (y su psicología, o así).
Mauro -
Por otra parte, desde luego, ver Shield, Sopranos o Six feet en español debe ser terrible.
De hecho, los Sopranos en el doblaje español del plus está bastante censurada. No sé yo si el jefe de doblaje es legionario de Cristo o qué, pero no sólo ha eliminado expresiones y chistes sino que incluso ha cambiado algunos hechos.
La producción modesta en tele frente a cine, desde luego que se basa mucho en las interpretaciones de los actores, pero también despeja de efectismos la dirección y el guión se convierte en el verdadero protagonista, cosa que me parece de puta madre.
No hay cosa que más deteste que fuegos artificiales al servicio de una leyenda urbana, un chiste o un lugar común. Y eso es el 90% del cine comercial de hoy en día.
Por cierto, el otro día vi un trozo de Buffy en castellano y no me pude creer la voz de gilipollas que tiene Willow. Creo que es la misma que tenía Laura Ingels, ¿no?
Un deseo: que mueran de una vez esas tres o cuatro actrices que ponen siempre las voces de los niños en cualquier peli doblada al español. Cuando no tengo más remedio que ver una y aparece un niño me sacan de lo que me están contando y me transportan a una representación de títeres.
Si es que ponen la voz hasta al niño de "Salto al vacío", que se supone que es algo así como con pretensiones realistas.
Roberto -
PaulJ -
Trashi -
Mi idea final, personal e intransferible, claro, es que Spike es el personaje más "real" y "humano" de toda la serie. El transito hacia la adultez, la complejidad moral y las texturas emocionales agridulces que se inicia en la cuarta temporada y encuentra su climax en la controvertida sexta, no es sino la evolución de Spike del "cliché" punk-vampírico al de persona de carne, hueso y contradicciones.
Trashi -
Trashi -
El Quiroga (again) -
Trashi -
Adela -
Desde entonces he seguido un proceso intensivo de inmersión en el universo de Buffy y, con los altibajos lógicos, claro, me parece una gran, gran serie. Una verdadera Comedia de la adolescencia y la juventud que da la vuelta al tópico de la rubia tonta. Las rubias ya no son tontas y las mujeres pueden, podemos, enfrentar cualquier cosa. Hasta nuestra propia oscuridad.
Hablabas del final de la última temporada, Antonio. No pude resistirlo y leí el guión. Sólo por eso le guardaré gratitud eterna a Joss Whedon.
Roberto, yo no creo que lo de Buffy esté forzado. Después de comerme un rato largo la cabeza creo que lo que le pasa a Buffy, lo que le enfada y le asusta es que Spike no es Angel. El hombre del que ella está (?) enamorada se convertía en un psicópata amoral al perder su alma. Y ahora se encuentra con este tipo, Spike, que no tiene alma, que no es precisamente una hermanita de la caridad... y que sin embargo la ama. Y no de boquilla. Y para colmo ha conseguido que ella le desee hasta preguntarse si algo anda mal en su interior por desearlo.
Bueno, ya os he dado mucho la brasa. Me encantaría ver ese comentario sobre Los Soprano... y contribuir a él, claro...
PaulJ -
Roberto -
Y para terminar, creo que esta serie ha capturado el espíritu de los comics de superhéroes y lo adaptado mejor que cualquier tebeo actual (bueno, quizás el X-Men de Morrison, por lo poco que he leído).
Roberto -
alvaro -
Por cierto, ¿para cuando un comentario sobre Los Soprano?
miguel angel b. -
(Mi proceso de reconoversión puede intuirse, más que seguirse, en Dixto)
¿Qué encantamiento envolverá a esta serie?
Mauro -
http://www.atiza.info/vadillopedroso
No es una colección Vértigo, así que guías de episodios y semejantes no son bienvenidas. Orientaciones más personales, sean lo marcianas que sean, puede.
Mauro -
RM -
Y el final de Angel todavía deja más sensación de vacío en la boca del estómago, ay.