El ruido y la furia
Hope of States es el grupo que más escucho en este momento, tanto que no recuerdo una fascinación semejante desde los días en que descubrí a Radiohead o Mercury Rev. Las doce canciones que integran The Lost Riots, el disco de debut de esta banda inglesa, dan como resultado una desconcertante y virtuosa ensalada de influencias y tonos, aunque uniformizada por una actitud solemne, épica y majestuosamente emocional que, si bien los fanáticos del garage juzgarán seguramente como impostada y altiva, en cambio a mí que siempre babeé con las tendencias sinfónicas y la grandilocuencia de eso que algunos llaman rock universitario o de tesis, no deja de sumirme en un extasis sólo comparable al producido por la escucha continuada de The Bends.
Guitarras acústicas que recuerdar a los Violent Femmes más oscuros, secciones de cuerda que aportan melodrama, pianos kingcrimsonianos... siempre entre el barroquismo y la desolación, Hope of the Status pretenden ante todo conmover, cosa que logran a veces por la vía sentimental (esos momentos a lo Sigur Ros) y otras mediante la pura turbulencia. De la brisa al vendaval, estamos ante un grupo capaz de evocar tanto al brit pop más lánguido como a los Sonic Youth más furiosos con tan sólo pasar de un corte al siguiente.
Guitarras acústicas que recuerdar a los Violent Femmes más oscuros, secciones de cuerda que aportan melodrama, pianos kingcrimsonianos... siempre entre el barroquismo y la desolación, Hope of the Status pretenden ante todo conmover, cosa que logran a veces por la vía sentimental (esos momentos a lo Sigur Ros) y otras mediante la pura turbulencia. De la brisa al vendaval, estamos ante un grupo capaz de evocar tanto al brit pop más lánguido como a los Sonic Youth más furiosos con tan sólo pasar de un corte al siguiente.
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